21 de febrero de 2007

El reto de la traducción científica

Traducir la ciencia al español, un total desafío

El uso de términos específicos puede dificultar el acercamiento de los científicos con su público.

Muchas de las nuevas palabras que alimentan el español provienen de la ciencia y la tecnología. Por eso, personas como Juan Mendoza Vega, médico neurocirujano con 40 años de experiencia en el periodismo científico, participan en la Academia Colombiana de la Lengua.

"El campo de la ciencia es aquel donde el español tiene los mayores peligros -dice Mendoza-. Por la invasión de términos nuevos, inventados, neologismos o importados de idiomas en los que se produce la investigación".

Habla de peligros porque a veces las traducciones del inglés son directas: "Como si para decir 'toma una silla' la tradujeras al inglés como 'drink a chair'", explica el médico. Es una traducción hecha sin pensar en lo que realmente significa la palabra.

De su campo profesional, Mendoza cita un ejemplo: "Está de moda decir que se debe ejercer la medicina basada en la evidencia. La frase traduce evidence por 'evidencia', en español -explica-. Y no es lo mismo. En inglés significa aquello que da tanta información que permite tomar una decisión. En español, evidente es lo que no tiene discusión".

Otro de los problemas que resalta es que la especialización hace que los científicos hablen en un dialecto propio de su campo. "No es lo mismo decir: 'No ingiera cloruro de sodio' que 'no coma sal'".

A su modo de ver, es un peligro de la ciencia respecto del idioma, que les exige a quienes trabajan con el lenguaje -todos los profesionales- permanecer atentos y enseñarles a los científicos jóvenes a usar bien su idioma.

Del mismo modo, ¿el científico debe aprender a 'traducir' su jerga científica a un lenguaje masivo o debe acudir a 'traductores', como periodistas científicos?

"Tratamos de poner al alcance de la sociedad ese lenguaje científico", explica Marta Brugés, de Noticyt, agencia de noticias de ciencia y tecnología, y subraya que el lenguaje universal de la ciencia es el inglés. "Para publicar un trabajo, el investigador debe hacerlo siempre en inglés y después en su lengua materna".

Y si hay términos que no existen en español, "hay que acudir a analogías o metáforas -dice Mildred Mendoza, de la División de Ciencia Cultura y Comunicación de Colciencias-. Siempre se escribe el término técnico, pero se debe explicar".

Ciencia de uso diario

Magali Tafur, jefe de comunicación educativa del área de investigación y desarrollo de Maloka, dice que "el público no está totalmente en blanco, siempre tiene un conocimiento básico sobre el tema" y que en esa medida, "tiene la capacidad de entender. Hay que llamar las cosas por su nombre".

El español es noticia

La pasada Feria Internacional del Juguete de Nueva York puso de manifiesto que esta industria empieza a presentar productos de alta tecnología que utilizan el español. Fisher-Price, por ejemplo, presentó dos muñecos bilingües: Dora La Exploradora y Diego, tomados de los dibujos animados de televisión. Así mismo, Mattel lanzó la Barbie integrante del grupo mexicano RBD.

LILIANA MARTÍNEZ POLO
Redactora de EL TIEMPO

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